Ya sea en la ciudad, en la playa o durante una ruta de senderismo en la montaña, cuando se toma el sol la piel queda expuesta a una luz demasiado intensa. Es muy importante protegerse adecuadamente para evitar quemaduras y prevenir el cáncer de piel. Y es que, la luz actúa como una energía que puede dañar y alterar las células de la piel y, a largo plazo, esto puede provocar cáncer de piel. Sigue estos consejos básicos:
1. Evitar el sol al mediodía
2. Elegir el factor de protección solar adecuado
3. Calcular el tiempo de la exposición al sol
4. Usar suficiente protector solar
5. Protegerse con antelación
6. Protección solar desde el interior
7. Evitar el uso de cremas solares poco fiables
8. La ropa también protege
9. No olvidar las gafas de sol
10. Cuidados tras la exposición al sol
Si ya se ha producido la quemadura, se debe evitar cualquier tipo de contacto con la luz solar hasta que la quemadura haya sanado completamente. Además, se pueden tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Aplicar geles calmantes en las zonas afectadas varias veces al día.
Si el dolor es intenso se pueden tomar analgésicos como el ácido acetilsalicílico o el paracetamol.
Es recomendable beber líquidos en abundancia. Sobre todo, agua y zumos mezclados con agua mineral.
Aplicar cremas hidratantes especiales que ayuden a la cicatrización de las áreas afectadas de la piel.
Antes y después de la época de exposición al sol, que suele corresponder con los meses de verano, es recomendable visitar al dermatólogo para someterse a una revisión de la piel. De esta manera se detectan de forma precoz posibles lesiones precancerosas.
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